A muchas personas -me incluyo-, les intriga la participación activa de jóvenes entre 25 y 40 años en la crisis social que ha vivido Chile en los últimos años, ya sea tomando parte en las protestas o votando masivamente por un cambio de sistema económico e institucional. En parte, la respuesta está en las características de la llamada generación Millennials. Aquí mi análisis.
En Chile ha llamado la atención que la mayoría de los manifestantes en las movilizaciones que dieron origen a la Convención Constituyente sean jóvenes menores de 39 años, muchos con estudios y profesiones universitarias, algunos de extracción social media y alta, incluso de universidades de elite e integrantes de familias más que acomodadas. El público informado no se explica que se avergüencen de su origen, renieguen de su procedencia y hasta hayan pedido perdón por ello como hemos visto. En un porcentaje importante no corresponde al típico manifestante que estábamos acostumbrados.
Para partir, una breve descripción de las características de esta nueva generación en las que me centraré:
- Los millennials nacieron entre 1981 y 1996, es decir todos crecieron en democracia y en un ciclo expansivo de la economía chilena. Hoy tienen entre 23 y 40 años.
- Muchísimos lograron estudios superiores, fruto de la espectacular ampliación del acceso a universidades, institutos y centros de formación técnica. Algunos con becas y muchos otros con créditos. Comparativamente, todos ellos tienen mayor educación que sus padres y abuelos.
- Gozaron de una sociedad cada vez más amplia en derechos. Una gran mayoría proviene de familias donde sus padres se separaron, familias disfuncionales en algunos casos, y también no conocieron el rigor de la exigencia que imperó en la educación en todas la décadas pasadas.
- Fueron criados por padres críticos y recelosos de la crianza que habían recibido, y si bien hay muchos argumentos para justificar esa postura, pasaron al extremo opuesto de no establecer, o bien establecer límites débiles. El error parental fue no percatarse del rol diferente que encarnan padres e hijos y hacer carne la moda de "ser amigo de los hijos", más que progenitores y formadores.
- Son jóvenes integrados al mundo y si bien todos no han tenido la oportunidad de viajar al extranjero, ya desde los 20 años accedieron al mundo global a través de la masificación de Internet y desde los 30 años a la influencia de las redes sociales.
- Al ser una generación expuesta a la tecnología, en general sus perfiles psicológicos muestran una clara tendencia a la impaciencia, baja tolerancia al stress, escasa adhesión -y también respeto- a las normas y a las figuras de autoridad. Finalmente, privilegian la inmediatez como elemento esencial y huyen de análisis más profundos, la aceptación de otras visiones y el contraste de opiniones.
La condición de los millennials
"La generación millennial se convirtió en adulta en los primeros días de los teléfonos inteligentes y la conectividad. Entonces, de alguna manera, estaban en el lugar correcto en el momento adecuado para desarrollar grandes ideas sobre su papel en el mundo", explica Jason Dorsey, experto en perfiles de millennials y presidente de la empresa estadounidense Centro de Cinética Generacional, que analiza los hábitos globales de los millennials y la generación Z o centennials.
"Sus padres les dijeron que tendrían éxito, que tenían un amplio acceso a la educación en comparación con las generaciones anteriores, y había una gran sensación de conexión y de impacto".
La periodista y escritora estadounidense Anne Helen Petersen, por otra parte, al realizar una introspección de la vida que llevaba, descubrió esta máxima: «Nunca había sido tan fácil vivir en el mundo moderno y, a la vez, resulta incomprensiblemente complicado».
Para dar respuesta a esta paradoja fundamental millennial, Anne Helen Petersen se puso a escribir, buscando un lenguaje y unas razones que explicasen esa frustración. El resultado fue un artículo, en forma de ensayo personal que pretendía abarcar una experiencia generacional. How Millennials Became the Burnout Generation es publicado por Anne Helen Petersen el 5 de enero de 2019 en Buzzfeed y acaba teniendo más de siete millones de visitas. Había dado con la clave de toda una generación: el desgaste que sufrían los millennials se presenta ya no como un simple abatimiento temporal, sino como «nuestra condición contemporánea».
Dice Petersen que «el desgaste, al fin y al cabo, es un síntoma de vivir en nuestra sociedad capitalista moderna». La diferencia es que las generaciones previas contaban con una red de seguridad, un horizonte de expectativas y un espacio autónomo en el cual la vida tenía sentido afuera del trabajo.
La generación millennial, sin embargo, se ha convertido en la primera generación que se ha conceptualizado a sí misma «como currículums universitarios andantes», en tanto que capital humano. Unos sujetos que «requerían una optimización para un mejor funcionamiento de la economía», que fueron criados en la creencia de que, si se esforzaban bastante, podrían ganar al sistema o, cuando menos, vivir cómodamente en él. Una generación que se ha dado cuenta de que no se le puede ganar al sistema, porque está roto. Petersen lo expresa en su libro No puedo más. Cómo se convirtieron los millennials en la generación quemada, de la siguiente manera: «No hablo de una utopía en sí misma, sino de concebir el trabajo, el valor personal y el ánimo de lucro de una forma distinta; y de la idea radical de que cada uno de nosotros importa y somos verdaderamente esenciales y dignos de recibir cuidados y protección».
Peso electoral de los millennials en Chile
- En el plebiscito de octubre 2020, que aprobó la elección de una Convención Constituyente para redactar una nueva Constitución en Chile, participó el 50.95% del electorado, es decir un total de 7.569.082 personas de un universo de 14.855.719 votantes.
- El plebiscito dejó un resultado de 78.28% para el Apruebo y 21.72% para el Rechazo. El Apruebo obtuvo aquí un respaldo de 5.892.832 votantes
- Si desglosamos la cantidad de votantes entre 18 y 39 años de edad, ésta alcanzó a más 3.200.000 votantes, vale decir que si sumamos los millennials más aquellos entre 18 y 19 años de edad, fueron aproximadamente el 43% del total de participantes en el plebiscito. Ocurrió que por primera vez en una votación en Chile, este segmento etario pasó a tener un protagonismo gravitante.
Veamos
Según datos del Servel, en la elección presidencial del 2013, la participación de los menores de 39 años rondada el 31%:
En la elección presidencial de 2017, la participación de los menores de 39 años se situó en el orden del 35%:
Sin embargo, en el plebiscito del 2020, los millennials más aquellos jóvenes de 18 y 19 años de edad su participación superó el 53% :
Un antecedente adicional es que la mayoría de los millennials vive en centros urbanos y las regiones con mayor cantidad de población. Justamente, las regiones Metropolitana, de Valparaíso, del Bio Bio y de O'Higgins fueron las que mayor participación electoral convocaron en el plebiscito:
Mis conclusiones
Sin desconocer la ocurrencia de procesos globales y globalizados que hoy nos afectan y la indignación que provocan en la población chilena los abusos, colusiones, concentración de la riqueza en grandes empresas y corrupción, aparte de la presencia de grupos ideológicamente organizados en la administración pública y la educación, uno de los antecedentes que explican la crisis que vive Chile es la irrupción de los millennials en la política y la vida pública. Mayoritariamente están contra el "sistema neoliberal", pero no tienen claro cómo proponer -y ponerse de acuerdo- en un tipo de sistema alternativo que sea viable. Por esa razón, muchos han abrazado visiones objetivamente empobrecedoras de la economía y la libertad del ser humano, que prometen -demagógicamente a mi juicio- responder a sus expectativas.
Ello se une a otro antecedente que comparto y que corresponde a los análisis de la filósofa chilena Lucy Oporto Valencia, quien magistralmente a mi juicio explica que la violencia que vive Chile corresponde a un proceso de lumpenización de nuestro país y que “desde octubre de 2019 en adelante hay una violencia de consumidores insatisfechos”. Lucy Oporto escribió a días de la revuelta un artículo que recomiendo leer titulado "Lumpenconsumismo, saqueadores y escorias varias: tener, poseer, destruir" el cual pronto se transformará en un libro.
Aquí también he descrito como los hijos de la elite chilena sucumbieron a este proceso de abajismo ya de larga data y sucumbieron a las modas reinantes. Por otra parte, en Twitter vengo sosteniendo desde hace mucho que el proceso de cambio que vive Chile fue impulsado y sostenido por aproximadamente el 33% de todo el universo electoral, quienes se manifestaron en las calles y luego concurrieron masivamente a votar el plebiscito y después a elegir a los integrantes de la Convención Constituyente. Mi hipótesis es que, atendidas las características sociológicas de la llamada "Generación Millennials", buena parte del denominado "estallido social" y posteriores consecuencias políticas, sociales e institucionales, corresponden a la expresión de esta generación, lo cual está determinando el futuro de Chile, con todas las previsibles consecuencias que ello acarreará, según la opinión de las generaciones más adultas.
Como dice Rafael Echeverría, "vivimos en mundos interpretativos".
En las trascendentales elecciones presidenciales que se avecinan:
- ¿Comprenderá la Generación Millennials que forma parte de un paradigma y que fuera de él hay otras interpretaciones del mundo?
- ¿Entenderá el otro 50% de los chilenos y chilenas que se han abstenido de votar en los últimos procesos electorales que si no participan su futuro lo están definiendo otros?
Son todas preguntas abiertas.
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