Aunque la palabra escribidor se usa coloquialmente para denominar de forma irónica a aquellos malos escritores es una de aquellas que me gusta. Con tanto talento de la escritura pululando por las redes globales me causa pudor autodefinirme como escritor - y no lo soy - por lo que aquélla me acomoda utilizarla como una declaración de humildad frente a las letras.
Tuve un blog. Se llamaba igual al que hoy estoy inaugurando: ConeXiones. Lo creé hace unos 15 años, cuando esta forma digital de comunicarse apenas despuntaba. Su lema era un poco largo "Nodo de comunicación para conectar ideas, fragmentos y amistades". Y me dio en esos años muchas satisfacciones. Se consagró, diría yo, con el gran terremoto del 2010 que asoló Chile. Lo usé esos días inciertos para informar y conectar a personas de Chile y el extranjero, cuando las comunicaciones viales, telefónicas e incluso los medios e Internet estaban colapsados por el cataclismo. En pocos días, mis posts fueron vistos por casi 300.000 personas y recibí cientos de comentarios.
También, como efecto indirecto, conocí virtualmente a personas a las que que quizás nunca podría haber llegado. Una de ellas fue Fernando Flores, quien en su blog me citó en un par de oportunidades. Flores había vuelto hacía poco a Chile, desde Estados Unidos, y ser considerado por él, entre otros, me insufló la sensación de que lo estaba haciendo bien.
Hacia el 2006, La Coctelera, una innovadora plataforma creada por un grupo de diseñadores y programadores españoles - The Cocktail - fue vendida a Terra. Se perdió poco a poco esa sensación de pertenencia a una comunidad y terminó por cerrarse. La aparición de las redes sociales, especialmente Facebook y Twitter, provocaron su declive. Mi blog, o bitácora como se les llamaba, murió allí el 2014, con todos los contenidos que publiqué. Yo mismo emigré a esas redes sociales, pero 6 años después he decidido volver aquí.
Y es que ya estoy un tanto insatisfecho de las redes sociales y su exceso de información insustancial y tóxica. La banalidad de lo mucho que se publica en Facebook; el odio, las fake news y la permanente confrontación polémica en que se basa Twitter; la vanidad de mucha gente en Instagram y Tik Tok. Todo eso me ha cansado, y como parte de esa generación anterior a este mundo complejo que veo derrumbarse, me rebelo.
Este nuevo blog ConeXiones pretendo sea algo diferente, más personal, reflexivo. No busco que sea masivo, pero si a más de alguien le sirve o resuena lo que escribo, bienvenido sea. Mi nuevo lema será Historias íntimas, en primera persona, haciéndome cargo, que no sea la simple suma de palabras. Espero seguir la línea de mi próximo post al que titularé Mi primer trabajo remunerado.
Gracias por llegar hasta acá.
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